martes, 25 de mayo de 2010

EL GATO MISTERIOSO


La noche era muy oscura. La abuela escuchó el maullido de un gato, abrió la puerta y allí estaba el gato negro. Pensó que podía ser una buena compañía, pues hace muchos años que vivía sola. Le hizo entrar y le ofreció de comer, el maullador no tocó la comida. Por varios días la abuela le ofrecía de comer y el gato nunca tocaba su comida.

Un día empezó a maullar bien duro, al siguiente día el gato desapareció. El cuerpo de la abuela fue encontrado tres días después, sin ningún tipo de herida, simplemente estaba muerta.

Casos como este, ocurrieron en varias ocasiones, el gato, que nunca comía, se hacía adoptar por alguien solitario, y su dueña aparecía muerta al poco tiempo, sin ningún daño en su cuerpo, y el gato desaparecía.

Cuando lo escuché aquella noche, inmediatamente lo reconocí, supe que era el gato del que hablaban todos. Lo llevé a mi hogar, intenté darle de comer, pero como esperaba, no probó el alimento. Así estaba por un par de días, hasta que una noche empezó a maullar muy raro, con un maullido aterrador y fuerte. Me asusté porque era cuando desaparecía y dejaba a su dueño muerto. Pero entonces entendí todo, se me acercó maullando de aquella manera macabra y abrió la boca. Entendí porqué no comía comida, lo entendí justo cuando empezó a comerse mi alma.

©Paulo Sarmiento Fernández

5 de básica